Las mujeres en los Conservatorios de Música en España
El número de alumnas en los conservatorios de música supera ampliamente al de alumnos, tanto en los estudios elementales como en los profesionales. Sin embargo, esta proporción se invierte drásticamente al llegar a los estudios superiores y así continúa a lo largo de la carrera académica, especialmente en las categorías más altas: por cada 3 catedráticas hay nada menos que 7 catedráticos.
Según los datos oficiales del Ministerio de Educación y Formación Profesional (1) las chicas son mayoría en los estudios elementales, con el 56,5%. También lo son en los estudios profesionales, con una diferencia algo menor, el 53,6%. Pero en los estudios superiores el porcentaje se da la vuelta, y ellos son mayoría, con el 58,6%, mientras ellas se quedan en el 41,4% (2).
Estas diferencias se mantienen más allá de los estudios, en el acceso al ámbito académico laboral, donde los profesores en los conservatorios profesionales suponen el 56,4% y las profesoras el 43,6%. Pero cuando hablamos de las cátedras la disparidad alcanza su máximo: en el curso 2016-2017 solo el 31,6% eran mujeres, frente al 68,4% de hombres.
¿Qué ha sucedido por el camino? ¿Qué razones pueden subyacer a esta sorprendente inversión de los datos? ¿Realmente alguien puede pensar que la carrera profesional de la música es más cosa de hombres?
Si nos fijamos ahora en los resultados, ellas son mejores estudiantes en todos los niveles educativos, como prueba la distribución por género del alumnado que se gradúa en cada uno de los mismos. En los estudios elementales termina un 57,8% de las chicas frente al 42,2% de los chicos, y en los profesionales se mantiene una proporción similar, con el 54,1% y el 45,9% respectivamente. Esto significa que casi por cada 2 chicos hay 3 chicas que finalizan sus estudios. Y también cabe destacar que en los estudios superiores ellas rinden un 2,4% más, ya que se gradúa el 42,7% de chicas, cuando su proporción sobre el total de estudiantes era incluso algo menor, el 41,4%, mientras que ellos lo hacen en un 57,3% sobre una proporción del 58,6% (3).
Conviene tener esto en cuenta a la hora de buscar las causas de este descenso en el número de alumnas, al poner en evidencia que no guarda relación con su rendimiento académico, que es similar, e incluso sensiblemente mejor, al de los chicos.
Estos datos llaman más la atención si los comparamos con los del ámbito universitario. Según la CRUE, en el curso 2016-2017, las estudiantes universitarias de Grado representaron un 54% sobre el total (4). Y la tasa de graduación en este mismo nivel educativo es todavía mayor en favor de ellas, con el 57%, lo que también representa un récord desde la perspectiva internacional. Según un reciente estudio de la OCDE sobre 24 de los países más desarrollados, España es uno de los dos en donde más mujeres se gradúan en la universidad, solo superado por Dinamarca (5).
La vitalidad de las mujeres en los conservatorios superiores está muy lejos de alcanzar a la de las universidades. Por eso es necesario plantearse dónde pueden estar las posibles causas y encontrar soluciones viables para reducir las discrepancias de género.
No disponemos de suficientes datos para hacer un estudio en profundidad, pero algo está muy claro desde el principio, y es que el descenso de las alumnas se produce en el momento de la transición de las enseñanzas profesionales a las superiores. Y, al mismo tiempo, estas diferencias tienen su reflejo en los desequilibrios del ámbito académico y en muchos sectores del mundo profesional.
El problema hay que abordarlo desde los propios centros educativos, pero también en los planos social y familiar.
En primer lugar, es responsabilidad de los conservatorios, desde niveles iniciales, impulsar la concienciación y la formación en materia de igualdad. También es necesario orientar a todo el alumnado y en especial a las alumnas, por cuanto están en desventaja, sobre los diferentes itinerarios de estudio de la educación superior y sus correspondientes perfiles profesionales.
Y también es responsabilidad de los conservatorios superiores, que tienen mucho margen para mostrarse como una opción atractiva para las mujeres, en un entorno que hasta no hace mucho estaba dominado por los hombres y que todavía mantiene algunos patrones masculinizados. Tampoco se prodigan los trabajos de investigación sobre género en los centros, ni las iniciativas artísticas en favor de visibilizar y poner en valor la aportación de la mujer a la música.
Conviene reflexionar, entre otras cosas, sobre la excesiva polarización de algunas especialidades hacia el ámbito masculino que luego se proyecta en el mundo profesional. Donde se producen las mayores diferencias en favor de los chicos es en dirección de orquesta, composición, percusión y en los instrumentos de viento, excepto la flauta travesera y el oboe. Aunque también hay grandes diferencias en favor de las chicas en especialidades como canto y en los instrumentos de cuerda, excepto el contrabajo (próximamente publicaré un informe sobre las especialidades en los estudios superiores de música).
Finalmente, son necesarios planes de igualdad en los centros de enseñanza que contrarresten ciertos estereotipos educativos persistentes desde la infancia, como un menor estímulo del espíritu competitivo en las chicas, y sensibilizar a toda la comunidad educativa en la lucha por superar las desigualdades. Tomar conciencia de estas disparidades es el primer paso para tratar de solucionarlas y avanzar hacia un mundo más igualitario… ¡también en la música!
Antonio Narejos
Notas:
(1) Las cifras proceden de las Estadísticas de la Educación que cada año recoge el Ministerio de Educación y Formación Profesional desde el curso 1999-2000. Para minimizar el margen de error, en lugar de referirme exclusivamente al último curso publicado, he tomado como referencia la media de los últimos 5 cursos, de 2012-2013 a 2016-2017.
(2) Los datos sobre las cátedras son los que que ofrece el Ministerio dentro de la categoría de Catedráticos de Música y Artes Escénicas, pero hay que tener en cuenta que en la misma incluye 113 Catedráticos de Artes Plásticas y Diseño, lo que imposibilita establecer con exactitud la proporción de género que corresponde exclusivamente a las cátedras de música.
(3) En las enseñanzas superiores solo he considerado los graduados de LOE, evitando la distorsión que supondría incluir los de LOGSE, que en algunas CCAA llegaron a graduarse hasta el curso 2015-2016.
(4) CRUE (2018). La Universidad Española en Cifras. Madrid: Conferencia de Rectores de las Universidades Espan?olas, p. 40.
(5) OCDE (2018). Education at a glance 2018: OECD indicators. Paris: OECD Publishing, p. 211.