El Blog de Antonio Narejos

Himnos y canciones olímpicas

2 Ago 2016 | General

Te apasiona seguir los Juegos Olímpicos, y sabes que comenzaron en la antigua Grecia, pero ¿te habías preguntado cuándo comenzaron a contar con una música oficial?

La primera canción oficial la encontramos en Montreal 1976, antes de ese año la banda sonora de las citas olímpicas era la de los Himnos. Desde ese año se puso de moda crear una canción que, en algunos casos, han seguido su propia senda del éxito después del evento. Temas cuyas letras tratan de resaltar los valores humanos de autosuperación y competitividad, pero también otros colectivos, como la amistad y la solidaridad.

¿Te gustaría escuchar todos himnos y las canciones olímpicas?…  ¡no te lo pierdas!

Vamos a acercarnos a la historia de la música olímpica en los Juegos de verano, pero siguiendo un orden inverso, para ir conociendo desde las canciones más recientes a los himnos más antiguos. En el primer grupo encontraremos a artistas tan conocidos como Freddie Mercury, Montserrat Caballé, Bjork o el grupo británico Muse. En el segundo, importantes obras, como el Himno olímpico que Richard Strauss compuso por encargo de Hitler o el de Spyridon Samaras, que abrió los I Juegos Olímpicos de la era moderna celebrados en Atenas en 1896, hace hoy 120 años.

Y, para terminar, he preparado unos jugosos extras… ¡Rematados con un toque de humor!

 

La era de las canciones oficiales

Aunque las Olimpiadas Tokyo 2020 se han aplazado al próximo año,  os dejo aquí la canción promocional que compartieron en 2017, un remix de la fue compuesta para las Olimpiadas de 1964, en la época en la que todavía no teníamos las canciones oficiales:

 

2021 XXXII Tokyo

La canción Tokyo Gorin Ondo fue compuesta para los Juegos de Tokyo de 1964. En este remix hay tres versiones a cargo de los cantantes Sayuri Ishikawa, Yuzo Kayama y Pistol Takehara. El concepto de la canción y la danza es la Felicidad y la Paz. ¡No te pierdas los pasos que nos muestran si quieres aprender el baile!

2016 XXXI Río de Janeiro

La canción Alma e Coração ha sido producida por André Laudz y Zé Gonzalez, un dúo de DJs brasileño conocido por Tropkillaz, con letra de MC Léo da Baixada, Victor Reis y Rodrigo Marques. Vamos a ver esta fusión de la samba y el rap en el vídeo oficial, interpretado por el rapero Projota y el artista pop Thiaguinho, quien dice que “esta canción suena como Brasil. Trata acerca de trabajar duro y dar lo mejor con el alma y el corazón”:

2012 XXX Londres

El grupo británico Muse compuso Survival inspirándose en «la total convicción y la pura determinación de ganar». La banda introdujo rock alternativo y progresivo entre los estilos musicales olímpicos:

2008 XXIX Beijing

You and me fue la canción oficial de los Juegos Olímpicos de Beijing. Se trata de una canción melódica, alejada del tono alegre y festivalero de la mayoría de los temas anteriores. Interpretada por el cantante chino Liu Huan y la británica Sarah Brigtman, la letra transmite el mensaje de que «tú y yo somos de un mismo mundo, de una misma familia». Y las imágenes refuerzan esta idea, reuniendo a niños y mayores de las diferentes regiones del mundo:

Sin embargo, la canción que más se identifica con Beijing 2008 es Beijing welcomes you que se utilizó como tema oficial para la cuenta atrás cuando faltaban 100 días para la inauguración de los Juegos Olímpicos. El vídeo reúne a cantantes tanto de China como de Hong Kong, Taiwán, Singapur, Japón y Corea del Sur:

2004 XXVIII Atenas

Oceania es un hermoso tema, casi contemplativo, considerado por muchos «poco olímpico». La canción fue encargada a la artista islandesa Björk que se basó en un texto del poeta y novelista Sjon y que más tarde incluyó en su álbum Medúlla. La propia Björk dijo que había elegido la idea del océano que rodea toda la tierra y viene velando por los seres humanos desde hace millones de años. «Imagino un mundo sin fronteras, diferentes razas y religiones, lo que siempre ha sido el centro de los Juegos Olímpicos»:

Pero el pueblo griego se sintió más identificado con el canción oficial compuesta para el traslado de la antorcha, el tema Pass the flame, de Trevor Horn y Lol Creme, interpretada por el griego Giannis Kotsiras:

2000 XXVII Sidney

The Flame, de la cantante australiana Tina Arena, es una balada escrita por John Foreman que sonó en la apertura de los Juegos Olímpicos. Junto a ella participó un coro de niños:

1996 XXVI Atlanta

El tema Reach, compuesto por la cantante de origen cubano Gloria Estefan junto a Diana Warre. Es una de las canciones que más éxito obtuvieron después de los juegos:

La versión española, Puedes llegar, fue grabada junto a Julio Iglesias, Plácido Domingo, Jon Secada, Alejandro Fernández, Roberto Carlos, Ricky Martin, José Luis Rodríguez, Patricia Sosa y Carlos Vives, que forma parte del álbum Voces Unidas.

1992 XXV Barcelona

La canción Barcelona fue interpretada nada menos que por Freddie Mercury y Montserrat Caballé. Aunque el disco había sido publicado en 1987, fue elegido como himno oficial de los Juegos del 92. Mercury, que murió de sida en 1991, no pudo disfrutar de este gran éxito, uno de los temas oficiales más espectaculares hasta hoy:

1988 XXIV Seúl

Hand in Hand, del grupo Koreana, fue la canción oficial elegida en esta ocasión. La letra termina diciendo: «De la mano podemos empezar a derribar los muros que se interpongan entre nosotros para siempre»:

1984 XXIII Los Ángeles

Paul Engemann cantó Reach Out, canción compuesta por el Giorgio Moroder, que ya había llegado a ser nº 1 en Alemania antes de ser elegida como himno olímpico:

1980 XXII Moscú

El tema Olimpiada fue cantado en ruso por el intérprete estonio Tonis Magi. La canción había sido escrita por Robert Rozhdestvensky y David Tukhmanov. A pesar de la poca repercusión mundial, llegó a ser muy popular en la antigua Unión Soviética:

1976 XXI Montreal

Los primeros juegos que contaron con una canción oficial fueron los de Montreal 76. El tema elegido fue Bienvenue à Montréal de Victor Vogel, interpretado por un jovencísimo René Simard, de solo 15 años:

La era de los himnos

Las primeras seis décadas de las Olimpiadas no contaron con Himno oficial. Si bien es cierto que en la primera edición celebrada en Atenas en 1896 se estrenó el Himno Olímpico compuesto para voces solas por el compositor griego Spiros Samaras sobre un poema de Kostis Palam, en los años sucesivos prácticamente cayó en el olvido, hasta que en 1957 el Comité Olímpico Internacional lo eligió como Himno oficial en versión para coro y orquesta.

La música ha tenido siempre un papel fundamental en las Olimpiadas, tanto por su valor simbólico como por su decisiva contribución al carácter solemne, a la vez que espectacular de las ceremonias de inauguración y clausura. Pero lo cierto es que durante prácticamente 60 años nadie se ponía de acuerdo en cuanto al himno. Entre la multitud de obras para coro y banda militar, o la recreación fragmentos de compositores del país anfitrión, fueron surgiendo propuestas en firme que aspiraban a convertirse en el Himno olímpico, pero ninguna de ellas alcanzó el consenso necesario. Y aunque, después de su elección, fue interpretado en las Olimpiadas de Roma 1960, no será hasta Tokio en 1964 cuando el Himno oficial se consolidó como tal. Cualquiera que lo escuche podrá reconocer el himno sin gran dificultad:

 

En 1954 el Comité Olímpico Internacional (COI) organizó un concurso por iniciativa del Príncipe de Mónaco. El jurado internacional estuvo presidido por Nadia Boulanger y entre sus 15 miembros se encontraban G. Auric, Pablo Casals, Aaron Copland, Hernesto Halffter o Frank Martin. Por su parte, Toscanini y Chostakovitch no pudieron desplazarse a la capital de Principado. Entre los 392 participantes, procedentes de 39 países, el premio fue otorgado al compositor de origen polaco y residente en Francia Michal Spisak. A pesar de su alta valoración por los músicos profesionales, el Hymne olympique de Spisak no gozó de gran aceptación, sobre todo por su complejidad, tanto de ejecución como de escucha, aunque otra de las razones que se argumentaron para dejar de programarlo fue que hubiera que pagar derechos de autor cada vez que se interpretara. El caso es solo se oyó en los XVI Juegos Olímpicos de Melbourne 1956:

 

Una obra notable fue la Olympic Fanfare compuesta por Aarre Merikanto en 1939, que no llegó a estrenarse cuando estaba previsto por la suspensión de los Juegos de Helsinki en 1940, debido a la II Guerra Mundial. La partitura, que había sido seleccionada en un concurso celebrado en Finlandia, se perdió, pero posteriormente fue encontrada en 1951, lo que sirvió de impulso para su interpretación en las Olimpiadas de 1952, que finalmente sí pudieron celebrarse en Helsinki:

 

Especialmente llamativo se me antoja el caso del Olympische Hymne para coro y orquesta que Hitler encargó a Richard Strauss y que llegó a interpretarse en los XI Juegos de Berlín 1936. El texto de Wilhelm von Scholz es una oda germánica dedicada a las batallas de Sigfrido, que fue considerada nacionalista en exceso.

Este es el fragmento que se interpretó en la ceremonia inaugural, el mismo que se incluyó al final de la primera parte de la película Olympia que Leni Riefenstahl llevó a cabo en recuerdo de los Juegos de la Alemania nazi:

 

Aquí puedes escuchar la versión retransmitida en directo desde Berlín por la televisión americana, donde al comienzo se oye al propio Hitler declarando abiertos los juegos, además de los comentarios de los locutores norteamericanos:

 

El Himno de Strauss vino rodeado de polémica, porque Hitler consiguió que el COI declarase la obra de Strauss como el himno olímpico «a perpetuidad», a pesar de que en 1933 ya había obtenido esa declaración el Olympic Hymn compuesto por Walter Bradley-Keeler, el cual solo pudo oírse en los X Juegos de Los Ángeles 1932:

 

Y llegamos a la fuente original del Himno Olímpico actual, la composición de Spiros Samaras y Kostis Palama que fue candada por un coro compuesto por miembros de las sociedades musicales de Grecia en la ceremonia inaugural de los I Juegos Olímpicos de Atenas 1896. Aquí una interpretación actual de la pieza de Samaras:

 

Extras:

A lo largo de la historia ha habido diferentes propuestas que, sin ser propiamente himnos oficiales, permanecen sin embargo en la memoria colectiva como música de inspiración olímpica.

Durante los XIX Juegos Olímpicos de la Ciudad de México 1968 se interpretó la Fanfarria Olímpica compuesta por Carlos Jiménez Mabarak y que había sido seleccionada como ganadora de un concurso. La pieza funcionó como verdadero himno paralelo, en el que el pueblo mexicano se veía identificado:

 

Por su parte, en los distintos actos de la cita olímpica de Moscú, durante los XXII Juegos Olímpicos de 1980, se interpretó la Obertura festiva Op. 96 de Dimitri Shostakovich, con la que los soviéticos reivindicaron su identidad cultural:

 

También los norteamericanos han querido sumar su personalidad a la música olímpica. Con motivo del International Olympic Congress celebrado en Baden-Baden en 1981, se estrenó el Olympic Hymn de Leonard Bernstein, sobre texto del escritor alemán Günter Kunert. La cita había despertado una gran expectación, sobre todo por el boicot que Estados Unidos había llevado a cabo en los Juegos de la XXII Olimpiada celebrados el año antes en Moscú, decidiendo no presentarse por razones políticas. La decisión fue seguida por otros países como Alemania Occidental, Canadá, Argentina, Chile, Japón, Turquía y Noruega, por lo que en ese momento el ambiente no era muy amigable a nivel internacional.

Leonard Bernstein presentó su himno en forma de una melodía expresiva ante un auditorio en el que estuvieron presentes nada menos que el Papa Juan Pablo II, el Secretario General de la ONU Kurt Waldheim, el Príncipe Felipe de Inglaterra o el Premio Nobel de la Paz Lord Phillip Noel-Baker:

 

En Estados Unidos es frecuente el error de confundir el Bugler’s Dream de Leo Arnaud con el Himno Olímpico oficial. Es cierto que la obra de Arnaud había sido interpretada en los Juegos de Invierno de Grenoble 1968, y quizá por inercia, las televisiones de la ABC y NBC siguieron empleándola como sintonía olímpica en sus respectivos canales, pero lo cierto es que esta es la música que los americanos identifican con el espíritu olímpico. Percepción que quizá se viera aumentada desde que, en los juegos de Los Ángeles de 1984, John Williams lo utilizara como introducción de su famosa Olympic fanfare and theme. La obra de Arnaud-Williams convivió con Reach Out, la canción oficial cantada por Paul Engemann, hasta el punto de llegar a ser considero el verdadero himno oficial. Aquí puedes escuchar de forma independiente el Bugler’s Dream de Arnaud:

 

Y a continuación la versión combinada del Bugler’s Dream y la Olympic Fanfare, escritos en la misma tonalidad e interpretados sin solución de continuidad (la composición de Williams comienza exactamente en el minuto 0:45):

 

En 1992, la organización de los Juegos de Barcelona encargó al compositor griego Mikis Theodorakis la composición del Canto Olympico, del que he elegido el primer número, la Oda a Zeus:

 

Y nuevamente en 1996 la música de John Williams volvió a ser protagonista en los Juegos de Atlanta con su Summon the Heroes, una obra que recuerda en parte a su antigua Fanfarria:

 

Por último, merece la pena recordar aquí la música de la película Carros de Fuego, compuesta por Vangelis, que para muchos simboliza el verdadero espíritu olímpico. Probablemente sea la música más conocida de todas las que he presentado en este artículo. Pero en lugar de la banda sonora original, propongo escuchar la versión que se interpretó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, a cargo de la London Symphony Orchestra, dirigida por Sir Simon Rattle y con un solista de excepción, el humorista Mr. Bean, parodiando una de las escenas más conocidas de la película de Hugh Hudson:

Antonio Narejos

Para ampliar información, consultar el documento The anthem – olympism’s oldest symbol, elaborado por la International Society of Olympic Historians – ISOH y la página web con la Olympic Ceremony Database en el Blog de Bryan Pinkall’s World of Opera.

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