El Blog de Antonio Narejos

Evaluar la calidad de los Conservatorios Superiores

8 Mar 2015 | Centros, Enseñanzas musicales superiores

La enseñanza superior de la música en Europa se enfrenta a una competencia feroz. Una competencia basada en la calidad de los centros, de su oferta educativa y su inserción en la sociedad.

En España a aún no nos hemos dado cuenta de que el escenario ha cambiado, que no es suficiente ofrecer un buen nivel educativo en las aulas, fabricando músicos excelentes a los que abandonamos sin más en la arena de la profesión musical. Hoy día eso equivale sencillamente a lanzarles al vacío.

Los directores de los conservatorios superiores españoles denunciaron esta alarmante situación en el último congreso de la AEC celebrado en Budapest. Mientras en Europa se está trabajando por la mejora de la calidad, en España luchamos por la supervivencia frente a unas administraciones que claramente apuestan por nuestra extinción. Porque seguir haciendo las cosas como hasta ahora no puede ser considerado como simple desconocimiento por parte de éstas, sino de una evidente mala voluntad.

Tenemos unos centros que carecen de visión, de planes estratégicos o criterios de calidad. Centros sin normativas específicas, encorsetados en la estructura de las enseñanzas secundarias, impotentes para mejorar la calidad del diseño y desarrollo de sus planes de estudio, los procedimientos de captación y selección de personal académico -como su evaluación, promoción y reconocimiento-, su participación en programas de investigación, el desarrollo de la enseñanza o los resultados del aprendizaje.

Por otra parte las carencias en recursos materiales y servicios son alarmantes hasta en los aspectos más básicos, como bibliotecas, acceso a recursos digitales, edición y difusión de trabajos de creación e investigación, gestión de la movilidad de estudiantes y profesores, de orientación e inserción laboral, de colaboración interinstitucional tanto a nivel educativo, como artístico y profesional, y un largo tanto como desolador etcétera.

La Asociación Europea de Conservatorios está poniendo en marcha una Agencia de Evaluación de la Calidad orientada a las instituciones de educación superior específicamente musicales (MusiQuE), que estará integrada en ENQUA (Asociación Europea de Agencias de Garantía de Calidad) la misma que evalúa a nuestra agencia nacional ANECA. En el proceso se están poniendo en evidencia las diferencias abismales que separan nuestros conservatorios de lo que podíamos llamar la media europea.

Durante décadas la heroicidad de los profesores y la buena voluntad de las comunidades educativas en su conjunto han salvado la situación in extremis, pero hoy los conservatorios españoles no están en condiciones de competir con la oferta internacional en un mundo cada vez más globalizado.

Nuestros esfuerzos deben orientarse a hacer comprender a las administraciones, tanto nacionales como regionales, que no pueden seguir «jugando a las casitas» en materia de educación superior, mientras a nivel internacional se consolidan estrategias que, al no ser capaces de seguirlas, nos están conduciendo hacia espacios marginales.

Hace ya tiempo que se reclaman soluciones al problema del estatus de los conservatorios en España. El debate “universidad sí o no” está lejos de ofrecer alternativas plausibles. Considero que se ha pecado de cierta ingenuidad llamando a la puerta de las universidades cuando ellas tienen en su mano impartir a su conveniencia los grados y másteres de enseñanzas artísticas (llámense como se llamen) tal y como lo están haciendo ya, sin contar para nada con nosotros y sacando partido a su posición dominante.

La solución de los conservatorios superiores en nuestro país pasa por elevarlos al rango universitario, a través de la creación de verdaderas instituciones de educación superior, bien independientes o en el formato de las llamadas universidades de las artes, en las que se integran la música con el arte dramático y la danza, entre otras, y que ya existen en otros países europeos como Alemania, Austria, Kazajistán, Finlandia o Serbia.

Es hora de abordar sin prejuicios nuestro futuro, y de hacerlo con urgencia.

Antonio Narejos

Publicado en «Melómano», la revista de Música Clásica, n. 206, marzo 2015, p. 60

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